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Revista N°13

Revista NUEVA POLÍTICA 13 - Oct/2012 - 9 de la privacidad, un lugar central a los intereses individuales y la inviolabilidad de los derechos de las personas. Al final las considera como esferas complementarias que se necesitan mutuamente, pues el estado sería el reino de la razón, en tanto que la otra es el de la pasión. Marx, desde su óptica, niega la superioridad, neutralidad y univer- salidad del Estado al que identifica como una entidad clasista, con- sidera que la fisura entre el reino de lo político y lo privado es una creación histórica burguesa. Defi- nió la sociedad civil como la suma total de las relaciones sociales que caen fuera del campo estatal, no como un agregado de individuos, sino como una situación comparti- da, de dependencia mutua creada por los lazos de clase, necesidad y condiciones de vida materia- les, privilegiando las fuerzas de producción y dando primacía a lo económico sobre lo político. Desde la perspectiva grams- ciana y neomarxista se ven dos interpretaciones, la sociedad civil como infraestructura económica, como conjunto de de organismos comúnmente llamados privados, de un lado y, la sociedad política, El estado de otro. Se resume en comprender la sociedad civil como el conjunto de relaciones sociales que, en el mundo capitalista avan- zado, no se quedan en la actividad económica y caen fuera de la ac- tividad político-administrativa del estado. Así pues, para Gramsci la sociedad se divide en tres esferas: la estatal, la de la sociedad civil y la económica. Esta concepción, recogida por Althusser y muchos otros seguido- res resulta más común pues toma como punto de partida la desigual- dad y dominación de clases, acep- ta la existencia de derechos civiles y garantías constitucionales en el marco de estados capitalistas. Entonces, se identifican partidos políticos, escuelas y universidades privadas, fundaciones científicas y culturales, cuerpos profesionales y colegiales, sindicatos, iglesias y movimientos sociales de todo género, que gozan de relativa autonomía frente al Estado y otras instituciones, caracterizadas por un pluralismo asociativo. Su naturaleza La diferencia con el Estado es que éste pretende demarcar y deli- mitar todo, para la sociedad civil, en cambio, el rasgo central es la ambigüedad, que surge de cierto género de libertad. Se la identi- fica con un espacio de libertad individualista y competitiva. Así entonces, no podría existir ninguna sociedad civil paradigmática en el mundo de lo real. Se puede entonces definir como la esfera históricamente constituida de derechos individuales, liberta- des y asociaciones voluntarias, cuya autonomía y concurrencia mutua en la persecución de sus intereses e intenciones privados, quedan garantizados por el esta- do, que se abstiene de intervenir políticamente en vida interna de tales actividades humanas. Se reconocen entonces, cinco rasgos sobresalientes: Individualismo, pri- vacidad, mercado (ámbito compe- titivo y pacífico), pluralismo y clase. ((Giner) La sociedad civil, en los últimos tiempos ha florecido donde se presentan mayores índices de desigualdad social y abusos de poder, lo que le ha generado cierta actitud hostil desde la perspectiva

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