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Revista N°13

22 - Revista NUEVA POLÍTICA 13 - Oct/2012 El concepto de la “Big Society”(BS) en- tró por primera vez en el lenguaje polí- tico del Reino Unido hace tres años. En aquel entonces el líder de la oposición era David Cameron, quien dio a conocer en una famosa conferencia Británica el “Hugo Young Lecture”. En este evento anual, Cameron en su discurso planteó que mediante los doce años del gobierno laborista, el Reino Uni- do de 2009 contaba con un estado des- bordado. Para éste político Conservador, la omnipotencia estatal era la causa de un desbalance en cuanto a la relación entre el individuo y el poder público. Debido a este análisis, Cameron prome- tió que en el caso de que fuera elegido Primer Ministro emprendería una revo- lución de la sociedad civil y su principal propósito sería promover a la sociedad como un actor primordial en la provisión de servicios públicos. Por tanto, la con- clusión era clara y precisa; había que de- jar atrás el período del monopolio estatal en el abastecimiento de educación pú- blica, la salud y en programas sociales. A pocos meses después del discurso de “Hugo Young”, Cameron inicia la cam- paña electoral de 2010 con el mensaje: “Yo si creo en la sociedad pero no creo que sea sinónimo de estado” convirtien- do la BS en la plataforma principal del Partido Conservador. A causa de no conseguir una victoria mayoritaria, los Conservadores se inte- graron en coalición con los Liberales en Mayo de 2010, y por primera vez desde 1997, tomaron las riendas del poder en Westminster. Sin embargo, por más que Cameron ha pretendido generar impacto a la mitad de su mandato con su modelo de ci- vismo aún no ha podido entusiasmar el escéptico pueblo británico. Muchos de los medios de comunicación cuestionan el valor del proyecto y lo con- sideran como un disfraz para la ideología Conservadora, es decir, una simple excu- sa de reducir el tamaño del estado. No obstante, en el mes de Octubre el líder laborista, Ed Miliband anunció que su partido también adoptará los princi- pios filosóficos de la BS, logrando con- seguir que el programa sin duda alguna vaya a remodelar el terreno político de la Gran Bretaña. ¿Entonces qué podemos esperar de esta llamada revolución? ¿Está el Reino Unido rumbo a un estado descentraliza- do o un estado civil? Con la finalidad de responder estas pre- guntas, hay que continuar analizando las palabras de Cameron. El Primer Ministro propone un “cambio cultural” el cual no sólo liberará y em- poderará al individuo sino también a sus comunidades y así transformar el debate tradicional del estado contra el mercado. En otras palabras, Cameron está en la búsqueda de una tercera vía entre los que creen que lo público es sagrado y los que, al contrario, creen que el gobier- no no debe interferir con la provisión de los mercados. La esperanza de Cameron es que el go- bierno sea capaz de facilitar, fomentar y apoyar una nueva cultura de la filantro- pía y la acción social. Además, con este nuevo civismo el estado se vería impli- cado a retroceder. Por dichas razones, el plan del Primer Ministro es ambicioso y para su des- empeño se necesita que el Reino Unido cambie profundamente su forma de pensar. La sociedad Británica hoy en día se encuentra sujeta a los años de un imparable crecimiento del rol del estado y realmente los británicos nos hemos acostumbrado al “gran hermano”, por tanto nos va a costar separarnos de este cordón umbilical. Es por eso que la reciénte vinculación del partido opositor al proyecto podría ser el punto de quiebre permitiendo que la BS deje atrás su asociación con los recortes presupuestales y la ideología partisana. Indudablemente buena la noticia es que EdMilibandfinalmentesediocuentaque la idea esencial está basada no solo en la moralidad de un estado más peque- ño sino también en el empoderamiento de la comunidad (una bandera quizás más asociada con el centro-izquierda que a la centro-derecha). Tanto Miliband como Cameron piensan que bien sea el estado grande o pequeño, la acción cívi- ca per se tiene un valor. Actualmente un tercio de la población británica está entregada al activismo cívico. Para el think tank Londinense, ResPublica, uno de los objetivos princi- pales de la BS debería ser el aumento de esta cifra a sesenta por ciento de la población. Sin embargo, la “Big Society” habla más de una actitud cultural, una forma de pensar y por lo tanto el uso sólo de es- tadísticas para medir su impacto es una manera inadecuada de análisis. Ciertamente, el Primer Ministro ha em- prendido una política nueva que si llega a tener éxito formará una hoja de ruta para otras sociedades. The Big Society Una revolución en el Reino Unido? Comentarios Kevin Howlett, Director Ejecutivo de www.colombia-politics.com

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