Please activate JavaScript!
Please install Adobe Flash Player, click here for download

Revista N°13

Revista NUEVA POLÍTICA 13 - Oct/2012 - 17 Es un destacado estudioso contem- poráneo en el campo de los estu- dios de la democracia. Actualmen- te, se desempeña como profesor de Sociología y Ciencia Política en la Universidad de Stanford, donde im- parte cursos sobre el desarrollo de- mocrático y supervisa el programa de la democracia en el Centro para la Democracia, el Desarrollo y el esta- do de Derecho (CDDRL), cuyo logro más reciente fue la construcción de una comunidad tecnológica entre Tehrir Square (El Cairo, Egipto) y Sili- con Valley, con el objetivo de ayudar a movilizar a los manifestantes en Egipto, que finalmente contribuyeron a la caída del presidente Mubarak. Es llamado “Míster Democracy” o “Mister Civil Society”. Apoya a la de- mocracia en el mundo y es también director de cine tratando de explorar la energía positiva de algunos mo- vimientos en el mundo entero y su incidencia en la creación de cambios positivos pro democracia. NP: Larry ¿cuál es su impresión de la democracia en el mundo actual? En términos globales, el mundo ha experimentado un avance sustancial, desde mediados de los 70 con el inicio de la llamada “Tercera ola de la demo- cratización global” y vimos un particu- lar progreso de la democracia global luego del fin de la Guerra Fría en 1989. Hubo un paso de un mundo en donde sólo el 30% eran países democráticos a uno en donde un 60% de los países son independientes y democráticos. Se pasó, por ejemplo, de una situación donde pocos países en América La- tina y el Caribe no eran democracias, a una donde la mayoría consiguieron sus democracias. Se fomentó entonces el progreso de- mocrático en muchos lugares alrede- dor del mundo. Sobre todo, se logró que muchas democracias mejoraran vigorosamente, haciendo que mucha gente fuera consciente que la demo- cracia verdaderamente hace signi- ficativos progresos para desarrollar y consolidar a los países. Vemos en América Latina el caso del país más grande de la región, Brasil. Y Brasil es uno de los pocos países en el mun- do donde la inequidad ha disminuido después de haber estado en un nivel de fuerza, y esto como resultado del fortalecimiento y mejoramiento de la institucionalidad, del imperio de la ley y de virtudes democráticas. Colombia es otro ejemplo, consiguien- do grandes logros contra el narcotráfi- co, ha logrado reducir la violencia sus- tancialmente y acrecentado el imperio de la ley. Pero además, se puede enu- merar una serie de países como Chile o Uruguay donde la democracia está enraizándose cada vez más. Estamos viendo un resurgimiento de la demo- cracia en Filipinas bajo el nuevo pre- sidente Benigno Aquino III; estamos viendo un retorno de la democracia en Tailandia, entre otros muchos casos. En general, hay muchos elementos de progreso pero también muchos ele- mentos de inestabilidad, chauvinismo, regresiones e incluso retracciones de- mocráticas. NP: Cuéntenos ahora ¿qué pasa en países como Venezuela, Nicaragua o Ecuador, en donde ciertamente hay elecciones abiertas pero, pueden con- siderarse democracias? Venezuela es una instancia para- digmática bajo un régimen compa- rativamente autoritario. Un régimen que asiste a elecciones periódicas (constitucionalmente escritas), tiene una serie de instituciones que super- ficialmente manifiestan ser democrá- ticas, tiene un parlamento electo con partidos de oposición en ella, tiene un poder judicial que es “posiblemente” independiente, tiene medios de comu- nicación, entre los cuales algunos son abiertamente críticos del presidente, tiene Organizaciónes No Guberna- mentales (ONGs) independientes y tie- ne una oposición que es elegida a nivel general y local. Pero, que un país sea democrático o no, requiere de una democracia elec- toral, y este es uno de los elementos imprescindibles para una democracia, específicamente que en el campo de juego. Que las elecciones sean razo- nables, libres y justas. Sólo porque los votos sean contados correctamente en el día de la elección eso no significa que un país sea una democracia. Y esto es lo mismo que volver a fallar en un juego de principiantes, en la rec- ta final y en el día de la elección. La rea- lidad de una salida masiva de votantes hizo imposible que gane la oposición en Venezuela e hizo el terreno de juego electoral tan masivo que fue imposi- ble para la oposición ganar, esto aún si los votos fueron contados correc- tamente el día de la elección. A pesar de la afluencia de votantes, Venezuela tiene todos los elementos de injusticia electoral: intimidación en el proceso de elección, una vasta inequidad de tiem- po que la oposición tuvo en medios de comunicación en comparación con el tiempo que tuvo Hugo Chávez, aunada a la falta de confianza de muchos vo- tantes en Venezuela que consideraban que el voto no era secreto y, recibien- do ofertas del gobierno para tratar de sembrar la duda, el uso de recursos gubernamentales en las encuestas aumentó la sensación del riesgo de perder sus trabajos, o la aspiración de tener una casa. Se generó un clima de temor que inducía que todo ello podría perderse si la persona votaba en una manera incorrecta y por un candidato incorrecto. Con toda esta intimidación previa, no se pueden catalogar de libres y justas unas elecciones. El hecho aquí es que, además, se dio a entender que el Go- bernador Capriles y la oposición aca- barían con las instituciones, ventajas y subsidios gubernamentales, pero además se desnudaron todos los ele- mentos de intimidación. Francamente, siento que hay evidencia muy sólida que sugiere que hubiera habido una di- ferencia dramática en los resultados si las elecciones hubieran sido realmen- te democráticas. Y esto mismo sucede en muchos paí- ses del mundo, veamos a Rusia, donde Vladimir Putin ha destruido y desacre- ditado totalmente cualquier elemento de justicia y pluralismo electoral. Putin ha sumido, y no en términos relativos, a la oposición, comercios, Organiza- ciones No Gubernamentales y medios de comunicación en la sumisión, el miedo, el exilio. La oposición sale hu- yendo en desventaja y en algunos ca- sos cae en el exilio. Vemos a otros países que siguen el ejercicio bolivariano al estilo de

Clasificador de páginas