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Revista N°13

Revista NUEVA POLÍTICA 13 - Oct/2012 - 11 Comentarios Tipos de OSC A. Organizaciones de beneficio mutuo 1. Las organizaciones religio- sas 2. Organizaciones comunitarias indígenas 3. Organizaciones comunitarias 4. Étnicas / organizaciones tradicional 5. Los partidos políticos (una categoría discutible) 6. Relacionados con el empleo organizaciones (sindicatos, asociaciones profesionales, asociaciones comerciales) 7. Cooperativas (una categoría discutible) 8. Las organizaciones popula- res y de masas 9. Organizaciones Estudiantiles 10. Recreacionales / organiza- ciones culturales B. Las organizaciones de beneficencia pública 1. Organismos filantrópicos privados 2. Corporaciones públicas filan- trópicas 3. Las organizaciones religio- sas 4. Organizaciones de base en el origen (organizaciones de oriundos) 5. Las organizaciones cívicas 6. ONG (Implementación – Asesoría legal - Redes - Tanques de Investigación y pensamiento - Capacitación y Desarrollo / soporte a organi- zaciones no gubernamentales - ONG representativas “método democrático” que les garantiza legitimidad de origen en el Estado de Derecho, pero una vez elegidos, actúan como autócratas imponiendo sus criterios al resto de la sociedad. Todo permite a las Organizaciones de la Sociedad Civil, OSC, copar una esfera corporativizada de la sociedad, relativamente autóno- ma de redes civiles e instituciones ciudadanas, que no constituyen en forma alguna una moda pasaje- ra. Son asociaciones voluntarias, altruistas, de solidaridad y ayuda económica, educativa, de derechos civiles y humanos, se constituyen en formas del asociacionismo altruista, independientes de parti- dos e ideologías –casi siempre-, convirtiéndose en parte esencial de los tiempos movedizos en épo- cas de cambio, que contribuyen a neutralizar el disenso y la oposi- ción radical al orden social, como una cultura alternativa que soporta y ayuda al individuo a tolerar las formas de “tolerancia represiva” de los gobiernos. De hecho, se ha trascendido el concepto de gobernabilidad, que explicaba la congruencia de opciones políticas en torno de un gobierno y que facilitaba un curso armónico del ejercicio del poder, a una nueva concepción de la “go- bernanza” que implica el tener en cuenta e incluir, además, las más sobresalientes expresiones de la sociedad civil. Podría decirse que hoy para que exista armonía y paz política, se necesita contar con la sociedad civil. Ha terminado pues, por ser la expresión de un proceso de eman- cipación de la sociedad frente al Estado (Bobbio, 1997). La sociedad civil termina siendo la confluencia de múltiples organizaciones, movi- mientos sociales, y expresiones de la sociedad que reaccionan ante el fracaso de gobiernos y partidos que ya no pueden imponer su glo- balidad activista e ideológica, y de políticos que solo emiten discur- sos generales sin mayores niveles de diferenciación, ni propuestas alternativas a los múltiples proble- mas de un mundo plural, urbano e intercomunicado. A ello se suma que las redes transnacionales de organizaciones y ciudadanos se han convertido en auténticos veedores de la gestión de lo público a nivel local, nacional y global. Aparecen organizaciones como auténticas transnacionales de la sociedad civil relacionadas con derechos humanos, el medio ambiente, la democracia y la liber- tad, que realizan una nueva forma de activismo internacional. Cada vez es más común que gobiernos y congresos suspendan iniciativas de políticas públicas, frente a las presiones mediáticas, en redes sociales e incluso en marchas y manifestaciones callejeras. En al- gunas de las cumbres de presiden- tes e incluso de empresarios, ya se les da cabida a representantes de la sociedad civil para que expresen sus inquietudes y preocupaciones más urgentes. De ahí a la configuración de una auténtica expresión e intervención sobre lo público mediante accio- nes de activismo democrático, parece solo cuestión de tiempo. Un Estado incompetente e incapaz, demasiado pequeño frente a las grandes estructura económicas internacionales y demasiado gran- de, inoperante y costoso frente a los ciudadanos, se puede resumir en impotencia frente lo global y prepotencia frente a lo local. En ese escenario, la Sociedad Civil adquiere a la vez dos perfiles: lo que podría llamarse el quinto poder a nivel nacional después de los medios de comunicación y, un au- téntico contrapoder global frente a los abusos de las transnacionales económicas y los poderes globa- les. Puede ser la apuesta del siglo xxi para la construcción de nuevas formas de democracia y libertad. Por Javier Loaiza

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