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Revista N°13

Revista NUEVA POLÍTICA 13 - Oct/2012 - 39 administrativos transparentes y efec- tivos, costando al proyecto solo un 20% del total, lo cual garantiza que se pone en el terreno un mínimo del 80% efectivo contra el 45% usando el mecanismo de las administradoras o lo que es peor que son los mecanis- mos de Naciones Unidas o regiona- les como la Organización de Estados Americanos. No todas las administradoras son igual y hay unas mejores que otras, definitivamente si son mejores que perder los fondos de los contribu- yentes norteamericanos en el siste- ma roto y corrompido de Naciones Unidas o lo que es peor la OEA o sus supuestas organizaciones cuasi inde- pendientes como FUPAD. Y es que no hay peor pérdida de recursos que en- tregarle fondos al Fondo para la De- mocracia de la ONU o al Fondo Para el Desarrollo, o cualquier otra organi- zación dentro del sistema de la ONU. La burocracia inútil de la ONU ha llegado a puntos de ofrecerles a go- biernos autoritarios la administración de fondos y programas y trata de competir con ONGs en recursos de diversas fundaciones y de la Unión Europea. Son francamente una peste global. Por otro lado el supuesto fon- do creado para fortalecer la demo- cracia, UNDF (UN Demlocracy Fund o Fondo Mundial para la Democra- cia de las Naciones Unidas), se ha convertido en un nuevo fracaso y no disponible para la ayuda de grupos en los países que más lo necesitan porque los proyectos deben ser apro- bados previamente por los gobiernos. Sin embargo Estados Unidos, India y otros 32 países siguen aportando un promedio de 20 millones de dólares anuales en un acumulado estimado de casi 200 millones de dólares que se han orientado al gasto operativo y burocrático del Fondo y a financiar un máximo de 400 micro proyectos. Los mismos son en países donde son aceptados por los gobiernos, así que finalmente no son proyectos de mayor impacto democrático en las peores situaciones. Igual de inútil es la ONU con su presupuesto regular de gasto de 1.9 Billones de dólares anua- les, sin incluir los presupuestos de sus fondos especiales y otras organi- zaciones con presupuestos propios. Los Estados Unidos contribuyen en el 2012 con 1.55 billones de dólares anuales para las organizaciones in- ternacionales (ONU, OEA, etc)(CIO) y 1.92 billones en los esfuerzos de paz (CIPA), gran parte de eso es tirado a la basura burocrática internacional. Volviendo al tema de que las ONGs no sobrevivirían por no tener formas de sostenibilidad, uno tiene que pre- guntarse lo siguiente, es que las ad- ministradoras sobrevivirían un mes si le quitan todos los contratos que tie- nen con el gobierno?, cuantos meses podrían sobrevivir y que tan sustenta- ble son estas empresas que viven de la cooperación?, acaso estas tienen procesos de re-inversión y manejan otro tiempo de negocios que no las hagan dependientes de los fondos de cooperación y defensa?. Cuanto de los fondos administrados termina en los bolsillos de los socios?, como es posible que muchas de estas em- presas inviertan millones de dólares comprándose entre si? Es que el sis- tema de Naciones Unidas sobreviviría sin ser una garrapata global?. Dentro de la cooperación se han ge- nerado diversos mitos, uno de ellos de las grandes sumas de dinero que llevan a las ONGs, pero como vemos en lo explicado eso no es así, porque al final del día hay un gran negocio detrás de todas las operaciones de “ayuda” o fortalecimiento. Si bien hay que reconocer que hay corrupción en muchas ONGs y procesos poco transparentes en algunas, pero esta no es la norma sino la excepción, por- que lo normal es que se tengan miles de organizaciones comprometidas en sus regiones y sus países sobrevi- viendo con lo mínimo. Dado a muchos de estos mitos se han venido transformando muchos funcionarios de los donantes en su- puestos “expertos” en cada país, muchas veces sin siquiera hablar el idioma o haber manejado asuntos del país, y en ese camino deciden estra- tegias, áreas de trabajo y propuestas sin tomar en cuenta a los verdaderos expertos que son las organizaciones y personas de los países y regio- nes. En ese mismo mal camino se han convertido en controladores a la máxima expresión y vienen llevando a muchas organizaciones y lideres a ser dependientes de la Cooperación Internacional. Otros países han sido tan dependientes de estos modelos que luego de varias décadas siguen atrapados en el modelo del donante, como es el caso de Honduras y Haití. Hay casos de casos y ONGs de ONGs, hay ONGs o ODS que se han converti- do en verdaderos monstros burocrá- ticos con oficinas en diversos países y requieren de millones de dólares sólo para su operación básica, pero por otro lado hay muchos movimientos y organizaciones que hacen maravillas con muy pocos fondos. Pese a que luego de cada conferen- cia internacional distintos gobiernos relanzan su oferta de incrementar su cooperación internacional esto no ha sido así, en su lugar alegan que a tra- vés de fondos privados y empresas se está dando una gran cooperación. La gran mentira de las empresas

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