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Revista N°13

Revista NUEVA POLÍTICA 13 - Oct/2012 - 45 SANTIAGO DE CUBA, Cuba - El último discurso de Raúl Castro pronunciado ante la Dirección Cen- tral del Ejercito Occidental da pie a un profundo análisis de la actuali- dad política cubana, principalmen- te para los que nos encontramos comprometidos con diseñar las es- trategias desde el punto de vista de oposición. Lo primero que tenemos que tomar en cuenta es que estos hombres, que en sus tiempos más prepoten- tes se consideraron inmortales e incluso desarrollaron una vida mís- tica, hoy ya comienzan a reconocer que sus días van llegando a su fin. Más allá de su conocida retórica, las palabras de Raúl dejan claro una hipótesis que se ha manejado mu- cho, la posible desintegración del poder absoluto con la desaparición física de Fidel Castro, ya que según sus palabras, el poder no se tras- pasa como se puede traspasar una herencia. Ese poder es la imagen, la creación y la personalidad de Fidel, dejó entrever Raúl. Sin embargo, para no verse obligado a reconocer que con su muerte, desaparecerían todas esas condiciones, dispuso como su sucesor oficial al Partido Comunista. La Comisión Política del Partido Cu- bano de Renovación Ortodoxa des- taca una interrogante que se mane- ja mucho entre los más avezados políticos: sucesión o transición en el proceso cubano. La sucesión, considerada como la continuidad de las actuales estruc- turas de poder, se contempla a par- tir de la muerte de uno de los dos líderes históricos, Fidel y Raúl. Mu- chos consideran la sucesión como una regla natural de vida, la muerte por orden de edad, en ese caso, por lógica natural Raúl es el relevo de Fidel. La transición sería un cambio del estatus quo y que en la próxima estructura política de gobierno en Cuba participen otros sectores de la sociedad, más allá del actual parti- do comunista y reine el multiparti- dismo. Se especula mucho sobre la posi- ble negociación del poder. El poder no se negocia por la buena voluntad de las partes, sino por necesidad de quien lo ostenta, ante el riesgo de perderlo. En Cuba sólo habrá nego- ciaciones si el poder político entra en crisis producto de una crisis so- cial, ya sean los protagonistas de la sucesión o la transición los necesi- tados en esas negociaciones. Las fuerzas de sucesión están en ventaja para retener el poder, si se tiene en cuenta que para estable- cer un mínimo de poder se necesita un mínimo de fuerza, y esa fuerza solamente la tiene el ejército. Las fuerzas del cambio tendrían que apoyarse en el poder social, o sea, la movilización popular que desembo- que en una crisis de poder y tengan que negociarse las condiciones del cambio. El dialogo o negociación en Cuba no se produce porque no hay crisis de poder, o sea, el poder no está en riesgo. Tampoco existen conten- dientes de unas negociaciones que garanticen la seguridad de los que pierdan el poder, aún cuando el po- der actual entre en crisis, a no ser por medio de una mediación nor- teamericana. Ante esa situación, la nomenclatura prefiere atrinche- rarse en sus posiciones y seguir ganado tiempo, mientras la vida lo permita. (www.cubanet.org) CUBA: SUCESIÓN ó TRANSICIÓN Por Eduardo Torres, PCRO Panorama regional Comentarios Eduardo Torres, Académico, Cuba

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