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ePaper created 2014-04-24, 11:02:00 | version 1.30.00
SUIZA S 7 medievales donde se agrupan casas típicas suizas, casas de madera con colores vistosos, iglesias y pequeñas capillas. El casco antiguo está completamente cerrado al tráfico para facilitar la visita. Una de las plazas más emblemáticas de la ciudad, y de las más concurridas, es la Weinmarkt, o plaza del vino, donde se reúnen la mayoría de los turistas en las terrazas. Rodean la plaza hermosas casas medievales con fachadas de colores. Las calles del casco histórico de Lucerna son empedradas, al igual que sus plazas. Desde Lucerna tendremos ocasión de visitar el monte Pilatus (2.132 metros), uno de los principales símbolos de la ciudad y que, a día de hoy, sigue siendo la montaña ideal para la aventura de grandes y pequeños. Para el último día reservamos tres opciones: una excursión al monte Titlis, la posibilidad de conocer la capital de Suiza y visitar el entrañable pueblo de Gruyères, célebre por su queso homónimo, o pasar una deliciosa jornada con los niños tras los pasos de Heidi, el célebre personaje mundialmente conocido creado por Johanna Spyri. GASTRONOMÍA La gastronomía Suiza es tan variada como sus lenguas. Cuenta con influencias francesas, alemanas e italianas y platos conocidos en todo el mundo, como la fondue, las raclettes o el rösti, además de sus tradicionales quesos y chocolates. Obviamente la gastronomía Suiza varía según las regiones que visitemos. De todos modos, los dos ingredientes básicos, que se encuentran en la gran mayoría de los platos, independientemente del cantón del que provenga, son las carnes y los quesos. La carne es más común en los valles, en las zonas más bajas, y los quesos en las partes más altas. Entre los platos más tradicionales y famosos figuran el berner platte, un cocido de carne con especias, tocino y col, y la fondue, que consiste en fundir quesos, preferentemente gruyère y vacherin, acompañados con pan y vino. Otra receta típica es la raclette, que toma su nombre del aparato en el que se prepara, en el que se funde queso para acompañarlo con patatas o un surtido de embutidos. Y no debemos olvidar el rösti, que consiste en patatas hervidas y ralladas, fritas en una sartén con manteca, y que se suelen acompañar de carne. La influencia alemana se deja sentir en el gusto de los diferentes embutidos, como los salchichones y las tradicionales salchichas. Las Bündnerfleisch están hechas de carne de cerdo curada o ahumada, y las wurst son las típicas salchichas que se pueden consumir frescas, cocidas o ahumadas. Por lo que respecta a la influencia italiana, son tradicionales los ñoquis, que allí se denominan Knöpfli, pero, a diferencia de los italianos, estos se elaboran solo con harina y sémola de trigo.