Las múltiples facetas de ROSEN | 29 | 29 Esto es lo que queríamos hacer: Reunir a dos empleados cuya afi liación a la empresa fuera muy diferente. Que- ríamos escuchar sus historias, el relato de un tiempo en el que no había Internet y establecer una comparación con la actualidad, donde parece que tenemos todo el mundo en nuestras manos, literalmente. Lo que resultó al fi nal, fue una con- versación sincera y profunda acerca de los altibajos de la digitali- zación y los efectos que tienen en los profesionales más jóvenes, el lugar de trabajo y la cultura de nuestra empresa. Conozcan a Alberto Núñez, quien lleva trabajando en ROSEN en Houston algo más de 20 años, y a Simon Irvine, de New- castle, empleado de ROSEN desde hace 3,5 años. Alberto toda- vía recuerda el sonido de las impresoras que funcionaban 24/7 cuando empezó a trabajar en evaluación de datos hace 20 años: «Lo tengo grabado en la memoria. Por aquel entonces, imprimía- mos cada anomalía y utilizábamos una regla para medir su ampli- tud, longitud y anchura con el objetivo de clasifi carlas. Había cajas y cajas llenas de papeles. Una de las primeras tareas del equipo de procesamiento por las mañanas consistía en recuperar y susti- tuir el papel que se había estado imprimiendo por la noche. Luego teníamos que reponer una nueva caja de papel cada día y poner la impresora en marcha otra vez. Al fi nal de la jornada, teníamos que asegurarnos de que la impresora funcionaría durante toda la noche. Resultaba muy frustrante llegar a la ofi cina y ver que se había producido un error en la segunda o tercera página: te marchabas y no se imprimía nada durante la noche, lo que provocaba retrasos. Al analizar los datos a mano, te familiarizabas mucho con ellos, y conocías todos los detalles. Tenías muy claro en la cabeza qué estaba pasando. Teníamos mucho más integrada la com- prensión de los datos brutos. Detectabas y com- prendías los pequeños cambios directamente. Sin embargo, también resultaba mucho más complicado y llevaba mucho más tiempo que ahora. Tenías que contar milímetros y los números de los sensores. Ahora, solo tienes que dibujar un cuadrado y te da las respuestas. No necesitas contar nada. Es 100 % digital. El evaluador puede medir y modifi car las propiedades de las anomalías a mano. Así resulta mucho más efectivo, se gana mucho en tér- minos de productividad, velocidad y producción, y la calidad es la misma». En este campo de competencia, Simon también aprecia el enorme cambio que la digitalización ha aportado a los cursos de formación. «La educación es extremadamente importante. Todo el mundo está de acuerdo, pero es algo que debemos integrar en nuestras vidas. Lo que ocurre con los estilos de educación más tradicio- nales es que tienes que reservar un tiempo de permiso, obtener autorización y desplazarte hasta el lugar en el que se imparte. Qui- zás tengas que utilizar los conocimientos adquiridos de nuevo al cabo de cinco años, pero no recuerdas todos los detalles después de tanto tiempo. No hay duda de que este tipo de formación sigue siendo muy importante, porque a la gente le gusta verse y eso es algo que debemos tener en cuenta. Sin embargo, con la digitali- zación, puedes obtener el conocimiento justo cuando lo necesi- tas, estés donde estés. Y eso es lo que precisan los profesionales de hoy en día, porque la presión para aumentar la productividad y mantener la calidad es enorme, y no tenemos tiempo para sentar- nos y leer un montón de libros o movernos para asistir a cursos de formación. Tenemos que ser mucho más productivos y la digitali- zación nos permite lograrlo». La necesidad de ser más productivos y rápidos en un mundo digital nos llevó a hablar no solo de los desafíos sino también de los peligros que plantea trabajar y vivir en un mundo repleto de datos. Simon nos contó la historia de un fallo en los sistemas infor- máticos de una terminal del aeropuerto londinense de Heathrow. "Los sistemas tecnológicos pueden fallar y, cuando dependes tanto de algo, ¿cómo puedes mitigarlo? Hace tres meses, en Hea- throw, debido a un fallo del sistema informático, todo, desde la lista de pasajeros hasta el embarque, etcétera, tuvo que hacerse en papel. Si tienes menos de 40 años, no sabes cómo hacerlo. Las personas más mayores pudieron servirse de sus conocimientos y experiencia, mientras que los más jóvenes lo tuvieron realmente complicado. Depender de algo supone que se confía menos en los conocimientos o la experiencia personal; y creo que eso es un pro- blema. Además, encuentro peligroso que confi emos demasiado en la información sin contar con experiencia que lo sustente». «En términos de acceso al conocimiento, la clave consiste en no memorizarlo todo, sino en tener acceso al mismo. Resulta increíblemente poderoso». SIMON INSIGHT • Revista para Empleados • Diciembre 2019